Del periodismo a la repostería

Esta corta historia comienza con el nacimiento de mi segundo hijo, Juan Pablo, después de haber estado siete años dedicada a mi primogénita, María Camila, y a mi hermosa profesión de 16 años, el periodismo, junto a la educación universitaria.

Decidí experimentar con la Repostería porque debía hallar una manera de estar en casa, cuidando a mi pequeño... Lejos de las guardias del diarismo, las horas extras, las malas noticias que carcomen el mundo y el estrés en los pasillos de la academia, este arte me abrió los sentidos de la creatividad, la imaginación y la inquietud por la invención de recetas que hicieran felices paladares cercanos a mí.

En esta decisión fue determinante mi prima Karla Medrano, maracucha de nacimiento y residente en Madrid, España, desde hace 10 años, quien es también mi colega en la comunicación y ahora en la repostería. Ella fue mi motivadora personal y la artífice de toda esta idea que comenzó con una ilusión necesaria y que ahora trasciende mis emociones y sentidos.

Karla comparte sus dulces recetas conmigo y dispone de tiempo, siempre, para encargarse de orientarme en estas lides. Ya su negocio JUST A CAKE (Facebook) tiene múltiples seguidores en el Viejo Continente, y la gente sabe de esa comunicadora social que se ha impuesto en el mundo del azúcar, creando tortas, cupcakes, galletitas y muuuuucho más.

Hubo un momento en el que caí en cuenta que reportear y repostear tenían mucho en común... Para mí los une dar dulces noticias, y así que partí de ello para crear una imagen como RepoRtera RepoStera. Muchos fueron los que creyeron en mi pequeño y gran proyecto como una forma de nueva vida, y empezaron dándome el apoyo probando mis postres.

Por eso debo resaltar nombres como mis colegas y profesores Carlos Santoyo, Elgica Semprún, Reina Taylhardat; mi prima América González, y mis vecinos, especialmente el pequeño Carlos Manuel, que cada día decide endulzar sus tardes con mis tortas con crema de mantequilla o los cupcakes rellenos con crema de chocolate.

Pero mi mayor ánimo han sido mi esposo Juan Carlos y mi niña, quienes cada día dan fiel certificación de que mis creaciones valen la pena, y ése es mi gran estímulo para seguir siendo RepoRtera RepoStera.

A todos, gracias...

Porque un rico postre también es una buena noticia